Desconexión en cuidadores: separando cuidados de vida social

La labor del cuidador de personas dependientes o que atraviesan alguna enfermedad es muy importante y aporta muchas satisfacciones pero, a la vez, está llena de momentos de angustia, de agobio, también de pena. Una de los retos sociales es cómo gestionar la tristeza del cuidador. ¿Quién cuida de él, le apoya, le da soporte, le entiende, le escucha?

Aunque pueda parecer contradictorio, la tristeza también aporta beneficios a la persona que la padece.

G2J_RincondelCuidador_medir-tristeza
Imagen: elrincondelcuidador.es

Las personas tristes son más constantes y tienden a rendirse con menos facilidad. Son más racionales, tienen menos estereotipos, son menos crédulos y más vinculados al a realidad mundana, lejos de los tópicos.

Pero, además de los momentos (casi constantes) que implica ejercer como cuidador, también hay que dejar un espacio –aunque sea pequeño- para la vida social, la relajación y la desconexión.

Llevar una vida saludable ayuda a afrontar con más energía los momentos difíciles y da fuerzas al cuidador para seguir adelante, manteniendo su motivación.

G2J_RincondelCuidador_desconexion-cuidadores
Imagen: elrincondelcuidador.es

Consejos para compaginar cuidados y vida social

Traslada parte de tu vida social al hogar. Haz deporte en casa, consigue una bici estática, practica yoga, pilates, estiramientos,… Una mascota genera mucha felicidad, plantéate el tener un nuevo compañero para tus ratos de soledad.  Iníciate en una nueva actividad de ocio que te llame la atención y mantenga tu mente ocupada. Estar en casa no implica estar en el sofá viendo cómo pasan los días.

Invita a tus amigos a que te visiten. Si tú no puedes salir con facilidad, invita a tus amigos y familiares a que te visiten a ti. Puede ser a la hora del café, merienda, cena… A ti no te implicará un trabajo extra y sí te ayudará a pasar una velada distinta que te anime el día.

Crea una rutina de ocio. Ser cuidador no implica dejar de hacer las cosas que te gustan. Recuerda que muchas de esas aficiones hasta ahora las hacías dentro de casa. ¿Por qué no seguir con ellas? Ver películas, leer, escribir, pintar, coser, bricolaje, jardinería… hay muchas acciones que aportan satisfacción y desconexión y no te impiden seguir siendo un cuidador 10.

Pide ayuda. Por naturaleza, muchas veces somos reacios a pedir ayuda a nuestra gente cercana. No tengas miedo a que algo salga mal, no tiene por qué. Habla con tus hermanos, pareja, familiares más cercanos y que ellos te releven en algún momento que tú lo necesitas. Para ellos quizás es un gesto insignificante y para ti es todo un mundo.

Acude a asociaciones. Existen asociaciones que agrupan a cuidadores de personas dependientes. Son muy valiosas, porque allí encontrarás a otros cuidadores que atraviesan la misma situación que tú, que te entenderán, y además suelen contar con actividades y cuidadores que se encargan de las personas dependientes mientras tú disfrutas de un momento más descansado.

Haz cosas positivas. Cada uno tenemos unos gustos pero siempre hay pequeños que nos generan felicidad. No necesitan mucha explicación, simplemente ocurre. Disfruta con ellas, repítelas en el tiempo, inclúyela en tu lista de tareas a hacer que te gustan.

Cuidarte forma parte de tu tarea como cuidador. Lucha contra los momentos de tristeza con naturalidad, sin obsesionarte. Y, en caso de necesidad, acude a profesionales que te ayuden a superarlo.

.

Deja un comentario