Quién iba a pensar que hasta los médicos aconsejarían tomar una copa de vino diaria para la salud y no solo para brindar. Así como se lee, esta bebida alcohólica tiene muchos beneficios para el cuerpo, más que solo su disfrute en ciertas ocasiones. Acompaña platos y celebraciones según sus cualidades, pero el vino blanco potencia muchos síntomas de buena salud. Solo basta ver de qué está hecho y cómo funciona.
Aunque persista el mito de que solo las uvas blancas acompañan su procesamiento, lo cierto es que las uvas oscuras también pueden utilizarse en la fabricación. Estas son los componentes base para la fermentación que resulta en el tono claro, amarillento y oro del líquido. Dependiendo del tipo de fruta que se utilice se cataloga el vino, los nombres más conocidos son los de pinot noir, riesling, chardonnay y sauvignon.
Esto también se denota en la denominación de origen, clasificación que no resta calidad en cuanto a sabor, olor y color de no encontrarse en la botella. Solo implica una mayor garantía o un grado superior en la producción en estos aspectos con respecto a los que no la tienen.
Beneficios para la degustación
En general, esta variedad de la bebida ofrece gran aroma en sus varias presentaciones, las cuales son seco y dulce. La primera se basa en una fermentación ininterrumpida para concentrar en mayor grado la acidez característica de la uva. En contraste, la segunda se logra con una interrupción en el proceso de alcoholización para airear la fruta y permitir que esta adquiera dulzor.
Respecto al color, este es consecuencia inequívoca de una maceración más leve que la del tinto; no obstante, puede ser más intensa. En consideración de esto, se debe esclarecer qué tipo de vino es para saber cuánto tiempo puede dejarse madurando. Ello debido a que, pese a la creencia común, no todas las categorías de este líquido son aptas para soportar cierta cantidad de años. Porque pueden avinagrarse más de la cuenta y perder el sabor indicado para su degustación.
La mayoría de los vinos blancos son ideales para acompañar platos salados porque aligera el paladar y combina deliciosamente con estas preparaciones. En específico, se recomienda con pescados, comida mediterránea, quesos fuertes, sopas con carne y platillos especiados. Todos a una temperatura fría cercana a los 12°C para potenciar sus propiedades aromáticas y de sabor dulce o seco. También puede tomarse más frío o más caliente, pero se corre el riesgo de no disfrutar verdaderamente de lo que ofrece la fermentación alcohólica de la uva.
Beneficios para la salud
Si se trata de sentirse bien, el vino es una bebida altamente recomendada por doctores, aunque sea alcohol. Son, precisamente, las propiedades del vino blanco las que lo hacen un excelente antioxidante y agente estimulador de la circulación, especialmente, para personas mayores. Además, favorece al sistema digestivo y cardiovascular porque reduce el colesterol y oxigena la sangre.
Por ello, previene el cáncer, la depresión, los ataques del corazón y fomenta la buena salud de los pulmones y del organismo en general. Por los antioxidantes y ácidos que contiene protege las células de enfermedades neurodegenerativas y evita la coagulación de la sangre en circulación.
Estas cualidades las comparten tanto el tinto como el blanco; sin embargo, este último es el que se encuentra asociado a la pérdida de peso. Lo cual se debe a que la bebida agrupa poca cantidad de calorías, en especial el champagne y el seco con menor cantidad que el dulce. Todas las variedades de vino blanco, asimismo, inducen sensaciones de calma y ayudan a relajar estados de tensión, malestar y resaca. Por esto, un buen vino también es sinónimo de bienestar.