En más de una ocasión oímos que las aceitunas engordan, que es un aperitivo a evitar, que es uno de los primeros alimentos a eliminar e nuestra dieta a la hora de empezar un régimen. No obstante, cuando dejas de incluir las aceitunas en tu dieta, estás cometiendo un gran error y te cuento por qué.
En primer lugar, las aceitunas no sólo nos aportan calorías. También nos aportan hierro, fibra proteínas, vitaminas, calcio, potasio y yodo. Así que cuando buscamos la reducción del aporte calórico estamos cerrando puertas al aporte de todos los ingredientes beneficiosos para nuestro cuerpo.
Las principales propiedades de las aceitunas residen en que tienen un elevado nivel de vitaminas A y C. Así consigues proteger tus tejidos y defensas en guardia a las agresiones externas de un entorno cada vez más perjudicial comiendo un aperitivo delicioso.
No se puede olvidar la cantidad de minerales que abundan en la aceitunas: fósforo, hierro, yodo, magnesio y potasio. Nos permiten tener un organismo equilibrado y en forma para rendir tanto a nivel físico como intelectual.
Y qué podemos decir del calcio, un básico para el mantenimiento de unos huesos en forma tanto a día de hoy como a largo plazo tanto para los mayores como para los más jóvenes.
Respecto al aporte graso de las aceitunas los Omega 3 y omega 6 aunque sean ácidos grasos, son los buenos aliados cardiovasculares que además nos permiten reducir los niveles de colesterol “malo” en la sangre.
Aunque el importe calórico medio de las aceitunas varía en función de: tipo de éstas, de la variante, de su acompañamiento, de su aderezo y obviamente, con qué se consume. Para ello es importante ver la información nutricional de cada tipo de aceitunas. No hay que olvidar que raramente nos comemos un plato de aceitunas sin ninguna bebida o una tapa. Es más, al ser un aperitivo, el riesgo para la salud es el alimento que se consume a posteriori del aperitivo y no el aperitivo en sí ¿me equivoco?